Fuente: diario el patagonico
Martes 3 de Abril de 2012
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El Foro por el Derecho a Decidir emitió un comunicado frente a la postura que adoptó el Estado municipal en cuanto a regular la oferta de servicios sexuales en la ciudad. Al respecto indicó que si se avanza en reglamentación de la existencia de los prostíbulos se legitimará “un sistema de explotación y corrupción”.
Los integrantes del Foro por el Derecho a Decidir consideraron que “no se puede” reglamentar la prostitución y advierten que los intentos de hacerlo “van a caer en la nada mientras esta sociedad siga tomando como natural pagar por sexo y no ofrezca trabajo digno a las personas”.
Argumentaron que si se avanza en la resolución que daría lugar a la aprobación del funcionamiento de los prostíbulos “bajo la pseudo preocupación de regular la salud de la población, se pretende legitimar un sistema de explotación y corrupción en este negocio”.
Luego agregaron que bajo la idea de separar en zonas la prostitución se pretende establecer “fronteras para invisibilizarla, pero perversamente reproduce y refuerza el problema”.
“NO ES UN TRABAJO”
Para el Foro, la prostitución no es un trabajo “porque no dignifica a la persona que ejerce la prostitución, ni promueve el desarrollo psico-social”. Por el contrario, indicó que se trata de un “negocio que genera millones de pesos para proxenetas de todo tipo”.
En este contexto cuestionó que se intente legalizar la actividad de las personas en situación de prostitución, “pero nada se dice de controlar a los proxenetas que las explotan y su vinculación con las redes de trata de personas”.
Desde el Foro se agregó además que en esta semana se avanzará en solicitar una audiencia con los concejales que integran la comisión que impulsa la aprobación del proyecto que fue presentado por la ex concejal Judith Jozami, para dar cuenta de otros puntos de vista sobre la problemática. Asimismo por esta situación se indicó que se esperan aportes de otras organizaciones de la provincia y el país que ya incluso participaron en experiencias de legislaciones opuestas a la que se promueve en la zona.
Finalmente aclararon que esta posición se sustenta en un principio: “el cuerpo no es una mercancía” y agregaron que “sería aceptar la esclavitud y todo lo que conlleva, el maltrato, la violación, el abuso, etc. La prostitución coarta la libertad de elección del que se prostituye porque su cuerpo es visto como una mercancía. Los clientes prostituyentes son cómplices del sistema de explotación de la prostitución mientras sigan generando la demanda.
Los integrantes del Foro por el Derecho a Decidir consideraron que “no se puede” reglamentar la prostitución y advierten que los intentos de hacerlo “van a caer en la nada mientras esta sociedad siga tomando como natural pagar por sexo y no ofrezca trabajo digno a las personas”.
Argumentaron que si se avanza en la resolución que daría lugar a la aprobación del funcionamiento de los prostíbulos “bajo la pseudo preocupación de regular la salud de la población, se pretende legitimar un sistema de explotación y corrupción en este negocio”.
Luego agregaron que bajo la idea de separar en zonas la prostitución se pretende establecer “fronteras para invisibilizarla, pero perversamente reproduce y refuerza el problema”.
“NO ES UN TRABAJO”
Para el Foro, la prostitución no es un trabajo “porque no dignifica a la persona que ejerce la prostitución, ni promueve el desarrollo psico-social”. Por el contrario, indicó que se trata de un “negocio que genera millones de pesos para proxenetas de todo tipo”.
En este contexto cuestionó que se intente legalizar la actividad de las personas en situación de prostitución, “pero nada se dice de controlar a los proxenetas que las explotan y su vinculación con las redes de trata de personas”.
Desde el Foro se agregó además que en esta semana se avanzará en solicitar una audiencia con los concejales que integran la comisión que impulsa la aprobación del proyecto que fue presentado por la ex concejal Judith Jozami, para dar cuenta de otros puntos de vista sobre la problemática. Asimismo por esta situación se indicó que se esperan aportes de otras organizaciones de la provincia y el país que ya incluso participaron en experiencias de legislaciones opuestas a la que se promueve en la zona.
Finalmente aclararon que esta posición se sustenta en un principio: “el cuerpo no es una mercancía” y agregaron que “sería aceptar la esclavitud y todo lo que conlleva, el maltrato, la violación, el abuso, etc. La prostitución coarta la libertad de elección del que se prostituye porque su cuerpo es visto como una mercancía. Los clientes prostituyentes son cómplices del sistema de explotación de la prostitución mientras sigan generando la demanda.
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